Las 7 medidas pioneras de Ayuso contra el Covid: criticadas y luego copiadas por Pedro Sánchez
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha demostrado que su gestión de la pandemia ha traído resultados eficaces. Sus medidas contra el Covid, muchas veces criticadas, han ido por delante del propio Gobierno. Incluso el Ejecutivo, que cuestionó la mayoría, acabó después implantándolas. Ayuso fue pionera en apostar por las mascarillas FFP2 -las más seguras frente a la difusión del virus por aerosoles- o en exigir más controles a los pasajeros que entraban por Barajas, uno de los coladeros para el Covid. Éstas son algunas de sus propuestas, luego imitadas por Sánchez.
Mascarillas FFP2
En el inicio del proceso de desescalada, en mayo, la Comunidad de Madrid distribuyó de forma gratuita una mascarilla de tipo FFP2 a todos los ciudadanos a través de las oficinas de farmacia. Este tipo de mascarilla es sin duda el más efectivo para evitar el contagio del virus a través de aerosoles, la vía de contagio más preocupante. Sin embargo, el Gobierno no sólo no vio la necesidad de extender el uso de las FFP2, sino que lo criticó. El director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, llegó a calificar de «egoístas» este tipo de mascarillas, afirmando: «Desde mi punto de vista, pueden ser las ‘egoístas’: yo me protejo y los demás me preocupan poco. Protegen también de infectar a otros, pero no tanto como las quirúrgicas», señaló el jefe de las alertas del Gobierno.
Para Simón, su uso «en un momento determinado, si no hay otra opción, vale para personas concretas, pero desde el punto de vista poblacional no es lo ideal».
Sin embargo, los expertos han abogado incluso por hacer obligatorio su uso en determinados contextos, como ya ocurre en varios países europeos (Francia y Alemania).
Como ya informó OKDIARIO, un grupo de 38 prestigiosos médicos, virólogos, microbiólogos y economistas españoles firmaron el pasado enero un documento en el que proponen una estrategia integral para frenar la propagación del coronavirus, y en la que plantean como «recomendación fuerte», valorando incluso su «obligatoriedad», llevar mascarillas FFP2 «en transporte público, donde no se pueda mantener distancia de seguridad y permanezcamos más de 15 minutos».
Para ello, señalan, «debería facilitarse una mascarilla FFP2 semanal a todos los habitantes» de las regiones con una alta incidencia. En situaciones con «menos aglomeración», señalan en otro momento, podrían utilizarse las «mascarillas quirúrgicas o análogas, preferentemente reutilizables».
Paradójicamente, el Ministerio de Sanidad sí admite que son más seguras. Así lo recoge en el informe ‘Evaluación del riesgo de la transmisión de SARS-Cov-2 mediante aerosoles. Medidas de prevención y recomendaciones’: «La reducción de la transmisión con una distancia interpersonal de 50 cm no alcanzó el 100% con ningún tipo de mascarilla y oscilaría entre el 70% con el uso de mascarilla higiénica, 80% con quirúrgica y 90-95% con la FPP2 incluso con especificaciones de mejor ajuste».
Lo cierto es que cada vez es más frecuente ver a los ministros y al propio presidente Pedro Sánchez con las mascarillas de tipo FFP2, pese a las recomendaciones iniciales.
Controles en Barajas
La presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso reclamó con insistencia al Gobierno un mayor control de los pasajeros a través del aeropuerto de Barajas. Exigió a Sánchez, una prueba PCR obligatoria para quien llegase a España. Finalmente, y tras rechazarlo en repetidas ocasiones, el presidente socialista acabó adoptando esta medida, crítica para evitar el ‘coladero’ de los aeropuertos. En noviembre, el Gobierno anunció que se exigiría un test a los viajeros procedentes de países de riesgo.
«Un país que no cuida sus fronteras no se hace respetar. A nadie le gusta pisar un territorio que no da seguridad, y más en pandemia», expresó la presidente madrileña a través de las redes sociales. «Llevamos más de seis meses peleándolo. Demasiado tiempo».
Por aquel entonces, sólo ocho países de la UE, entre ellos España, seguían sin imponer restricciones en los aeropuertos a los viajeros comunitarios, ni prueba PCR ni cuarentenas a la llegada. El único control de Sanidad se basaba en rellenar un formulario, una medición de temperatura y un «control visual».
Nuevas cepas
La presidenta madrileña también exigió a Pedro Sánchez limitar los vuelos con los países originarios de las nuevas cepas, Reino Unido, Brasil y Sudáfrica. Aunque el socialista se opuso en un primer momento, una vez más, acabó aceptando que la propuesta de Ayuso era necesaria para evitar la propagación del virus. La suspensión de vuelos fue tardía, ya que se han detectado numerosos casos de las nuevas mutaciones en España.
Test de antígenos
Otra de las medidas pioneras de la Comunidad de Madrid fue la realización masiva de test de antígenos. Una prueba rápida -apenas 15 minutos- y de alta fiabilidad, accesible a los ciudadanos. La región lleva meses realizando estos test.
El Gobierno madrileño reclamó a Sanidad poder hacer estas pruebas en las farmacias, a lo que el Ejecutivo de Sánchez se negó en varias ocasiones. Finalmente, a principios de enero, reculó y aceptó la propuesta de la Comunidad de Madrid, indicando -en respuesta a una carta enviada por el Ejecutivo de Ayuso- que la competencia de la realización de estas pruebas diagnósticas recaería en las comunidades autónomas. Desde la Comunidad se reprochó que hubiesen tardado «dos meses en decirnos que esto lo regulen las comunidades autónomas». «El ministro sigue desorientado y sin entender como funciona este virus. Hay que facilitar a toda la población que se puedan hacer test y ampliar la capacidad diagnóstica», señalaron fuentes regionales.
El Gobierno de Sánchez retrasó durante semanas la aprobación de los test, que llegó incluso después de las fiestas de Navidad, cuando se produjo una gran cantidad de contagios.
Control sin confinar
La Comunidad de Madrid aplicó una efectiva estrategia de control de la pandemia, sin necesidad de confinamientos estrictos y preservando, como era uno de sus grandes objetivos, la actividad económica. Los confinamientos se limitaron a las zonas básicas de salud con más incidencia acumulada, evitando extenderlo a toda la región.
Ayuso plantó cara al Gobierno al apostar por limitar al máximo los días en que la Comunidad estaría cerrada perimetralmente, como ocurrió por ejemplo en los puentes de diciembre. Entonces, el Ejecutivo regional decidió cerrar sólo tres días y no una semana entera, como establecía el decreto del estado de alarma.
Diez personas
El Gobierno de Sánchez también ‘cedió’ ante la propuesta de la Comunidad de Madrid de que fuesen diez, y no seis, las personas que se podrían juntar en las comidas navideñas.
Sánchez había llegado a asegurar que su tope de seis comensales no era «un número a capricho» sino el que «los profesionales sanitarios, la Ciencia, ha dicho que es lo suficientemente riguroso y restrictivo como para que no explosione de nuevo la curva de contagio». Finalmente, en cambio, acabó aceptando que la iniciativa de Ayuso era mejor.
Pasaporte Covid
Ayuso propuso ya en julio una cartilla de inmunidad que fue muy discutida. La propuesta permitiría, explicó la dirigente ‘popular’, «acceder con seguridad» a espacios cerrados, como gimnasios, cines y museos.
«Las personas que no pueden contagiar, no pueden ser contagiados y, por tanto, pueden volver a una cierta normalidad», defendió en una rueda de prensa. La iniciativa fue rechazada por el Gobierno de Pedro Sánchez. La Comunidad implantó en diciembre una versión rebajada: una tarjeta sanitaria virtual con todas las pruebas que se haya hecho el paciente.
Pese a las críticas, Sánchez ha apoyado recientemente una iniciativa similar, la cartilla europea de vacunación. El socialista dice ahora que permitirá «recuperar la normalidad y el turismo sin aumentar el riesgo sanitario».
Hospital Isabel Zendal
Ha sido la gran medida de Ayuso en la gestión de la pandemia, frente a las críticas de la izquierda. El éxito del hospital Isabel Zendal, un centro especialmente diseñado para atender a pacientes de coronavirus y en el que los pacientes pueden recibir una atención de máxima calidad, es indiscutible.
El Zendal ha permitido hacer frente a la saturación hospitalaria, ampliando la capacidad de ingresos. Ahora es además un espacio para la vacunación.
Vacunación masiva
La Comunidad de Madrid pretende llevar a cabo una vacunación masiva de su población en abril. La Consejería de Sanidad contará con grandes espacios como el Wizink Center, el Palacio de Vistalegre, el estadio Metropolitano y el pabellón 3 del Hospital Enfermera Isabel Zendal.
«Lo primero que hay que hacer es asumir el control de la pandemia, dotar de los recursos y herramientas que necesitamos a las comunidades autónomas y dejar de destruir por decreto la España de 2021», señaló Ayuso hace unos días.
Además, la presidenta madrileña ha planteado priorizar a determinados colectivos, como taxistas, cajeros de supermercados, camareros…con una alta exposición al virus.